En la mañana del viernes, el índice S&P 500 abrió en 4.457 puntos.
Los futuros de las acciones estadounidenses cayeron el viernes, con Wall Street expuesto a terminar una semana turbulenta con más pérdidas, ya que diversas preocupaciones -inflación, crecimiento y perspectivas de los tipos de interés, desaceleración económica de China, medidas enérgicas contra Apple- pesaron sobre los inversores.
Los futuros del S&P 500 perdieron un 0,2%, y los contratos del Nasdaq, de gran peso tecnológico, un 0,1%. El jueves se cumplieron tres y cuatro días consecutivos de descensos del S&P 500 y el Nasdaq, respectivamente.
Los inversores han tenido mucho de qué preocuparse esta semana, con una subida de los precios del petróleo y unos datos estadounidenses desiguales que han reavivado la preocupación por la inflación, el crecimiento económico y la posibilidad de que la Reserva Federal vuelva a subir los tipos de interés este mes o en noviembre. Las presiones también han venido de los continuos signos de desaceleración en China, la segunda economía más grande del mundo, y una ofensiva de Pekín contra Apple, golpeando las acciones del gigante tecnológico que están fuertemente ponderadas en los principales índices.